jueves, 30 de agosto de 2007


CULTURA DE CALIDAD EN EL CONTEXTO EDUCATIVO VENEZOLANO

En América Latina se ha observado en los últimos años en materia educativa que los productos de los mismos son muy deficientes y que existe un gran miedo a quedarse atrás con relación a los cambios en la economía mundial y los avances de otros países más desarrollados. Lo sorprendente es el caso de Venezuela que deja mucho que desear con respecto a la calidad de sus resultados por lo tanto se evidencia la urgencia de rediseñar y mejorar los procesos educativos.
Venezuela es hoy en día uno de los países más rezagados en materia de establecimiento de un sistema regular de medición de calidad de los aprendizajes en las escuelas en el ámbito nacional. Aunque hay muchos indicadores indirectos de que el aprendizaje es deficiente, poco se sabe de manera sistemática acerca de lo que está resultando de las actividades escolares en nuestro país, o de cómo esto se compara con lo que está ocurriendo en otros países. Esto refleja la necesidad de producir acciones que generen cambios a nivel del sistema educativo que a su vez ejerzan influencia en la cultura y conducta de los venezolanos, se debe entonces, discriminar los procesos que realmente ayudarán a producir los resultados esperados, de aquellos que están disfrazados de cambios pero que realmente buscan mantener la situación actual.
La calidad de los procesos es determinante en una organización por su viabilidad y permanencia a largo plazo. Mejorar la calidad de un proceso produce: menos errores, mejor utilización del tiempo y menos demoras, además mayor productividad, mayor participación y mayor desarrollo de los procesos en las instituciones.
Cuando se habla de procesos, se conoce de todo lo que sucede en el contexto de la norma de un sistema y esto es una preocupación constante dentro del mundo en que se vive.
En el caso de las instituciones educativas el clamor por su calidad es todavía más general y urgente. Se quiere la mejor educación para los ciudadanos, se quieren instituciones educativas de calidad, por lo tanto los gerentes educativos necesitan competencias para: establecer procesos educativos aptos que estén en coherencia con los requerimientos de sus clientes (estudiantes, padres y comunidad) y de las partes interesadas (comunidad, gobierno y otras instituciones), controlar aquellos procesos de los cuales son dueños, rediseñar los procesos educativos cuando las condiciones así lo exijan y mejorar continuamente de acuerdo a la realidad que se presente en el entorno, esto será determinante para el futuro de las instituciones y de las generaciones emergentes.